Hace pocos días tuve la
oportunidad de disfrutar de una cata de vinos de los viñedos Alonso del Yerro organizada
por el Mercado de San Ildefonso y su puesto de Taninos. (Aquí podéis ver el
post que escribí en diciembre sobre el Mercado de San Ildefonso).
Cuando llegué al mercado subí a
la planta intermedia donde una gran mesa en U estaba preparada y reservada
para la cata. Tras un rato de espera, que aproveché para hacer alguna de las
fotos que os traigo en este post, empezó la cata.
Mientras nos servían el vino, María
del Yerro y su hijo Miguel Alonso del Yerro nos cuentan cosas de sus vinos y
viñedos. Empiezan hablando de su historia, de cómo María y su marido lo dejaron
todo en 2002 para apostar por este proyecto: crear una marca propia de vino que
cultivan y producen con el mayor de los cariños y con ayuda de sus hijos. De
hecho, la marca Alonso del Yerro, lleva sus apellidos. La localización elegida
para empezar el proyecto fue la finca Santa Marta, ubicada en Roa (Ribera del
Duero, Burgos). Allí cultivan diferentes viñedos, de tempranillo, y producen
dos vinos: Alonso del Yerro (60.000
botellas al año aprox.) y María (7000 botellas al año aprox.).
Poco a poco la empresa fue
creciendo y en el año 2007 se decidieron
a comprar un viñedo en Toro (Zamora) para así crecer con diferentes
denominaciones. Allí alquilan una bodega en la que producen unas 15000 botellas
al año de su vino PAY2.
Mientras los catamos nos cuentan las
características del suelo de cada uno de los viñedos, cómo cultivan cada uno de
ellos y cómo producen los vinos después. En sus viñedos no usan productos
químicos puesto que buscan que la propia flora y fauna de cada uno regule las
plagas de forma natural y no riegan para q las raíces busquen el agua en
profundidad. Además, hacen el propio compost natural y lo esparcen por los
viñedos para aportar nutrientes y conseguir un mayor y mejor crecimiento. En
cuanto a la producción, nos cuentan que intentan intervenir lo mínimo posible,
acompañando a la uva en su proceso de transformación en vino con mimo y cuidado.
Además, en todo este proceso cuentan con el asesoramiento y ayuda diarios de
dos enólogos franceses.
Para cada vino, según lo vamos
probando, nos cuentan los diferentes tipos de barriles y tanques que utilizan
para su almacenamiento, sus materiales, las etapas de almacenamiento, y nos explican
cómo la composición de la madera de las barricas influye en el sabor final del
vino.
Cada uno de los vinos tiene una
intensidad y toques diferentes. Es un gustazo catarlos mientras te explican
tantas cosas de su historia y producción. Enhorabuena a esta familia por haber
conseguido hacerse un hueco tan importante en el mundo vinícola y saber
transmitir la pasión que sienten por su trabajo.
Y tras la cata… ¡Qué mejor que
unas tapitas de los diferentes puestos del mercado aprovechando que algunos celebraban las
jornadas de la trufa negra fresca!
¡Chin chin!
Cada cierto tiempo el Mercado de San Ildefonso organiza catas de vinos y de productos de alta calidad, son muy recomendables y una ocasión perfecta para conocer los orígenes de los productos mientras los catas.
C/ Fuencarral 57, Madrid
Muy interesante!!
ResponderEliminarPero una pregunta:participaste en la cata?????
Bs
Hola María! Si, participé en la cata catando los 3 vinos de los que os hablo. El que más me gustó fue Alonso del Yerro, por ser más suave que los otros dos, aunque los entendidos decían que los otros dos son perfectos para acompañar una buena comida.
EliminarHola Marta! Me alegra que disfrutaras de la experiencia como disfruté desde http://madridmeespera.com/ en esta cata que compartimos. Espero coincidir pronto. Un saludo :)
ResponderEliminarLo mismo digo! Espero que coincidamos pronto ;). Un saludo!
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