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Etapas previas del diario:
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Este era nuestro último día en Bangkok y queríamos aprovecharlo al máximo: alguna visita, seguir adentrándonos en la cultura tailandesa y hacer compras. Desayunamos (copiosamente como el día anterior) y salimos a “comernos” la ciudad. Hoy no llevamos ni cámara, ni mochila ni nada pesado, solo móviles y cartera: ligeros y cómodos como un ciudadano de a pie. La primera parada para hoy sería la Jim Thompson House.
Salimos del hotel por la pasarela que conecta con el Skytrain (qué bien hicimos eligiendo este hotel, ¿te lo había dicho ya?) y cogimos la BTS Silom Line hasta la parada National Stadium.
JIM THOMPSON HOUSE
La visita a la casa de Jim Thompson permite acercarse un poco más a cómo era una típica casa tailandesa (de clase social alta) y también al proceso de producción artesanal de la seda. Me pareció una visita muy interesante.
A modo resumen te cuento que Jim Thompson era un arquitecto de principios del siglo pasado que recorrió medio mundo prestando sus servicios al ejército americano como miembro del servicio de inteligencia (OSS) y terminó instalándose en Tailandia tras visitar este país e interesarse por su cultura y especialmente por la seda, principal protagonista de la empresa que fundó al poco tiempo. Pero durante un viaje a Malasia su suerte se torció y desapareció, nunca más se supo de él y se baraja que pudo ser secuestrado/asesinado o bien devorado por animales salvajes.
A día de hoy se puede visitar la que fuera su casa, la cual está compuesta por varias construcciones trasladadas desde otras provincias de Tailandia. La construcción está elevada del suelo, para evitar inundaciones, y rodeada de un frondoso jardín. Para visitar las dependencias de la casa, tras sacar la entrada, hay que apuntarse a un grupo guiado gratuito de los que ofertan: en inglés o en francés.
Tras sacar nuestras entradas (150 bath/ persona, unos 4€ aprox.), nos apuntamos al grupo en inglés. Mientras esperábamos para hacer la visita pudimos ver el proceso de fabricación de la seda en una representación que estaban haciendo en ese momento y también curioseamos la tienda donde venden artículos de seda de la marca Jim Thompson que muy baratos, la verdad, no eran (más adelante, en nuestra ruta por el interior del país, visitamos un centro de producción de seda donde los precios eran más que buenos y donde hicimos algunas compritas).
Cuando le tocó el turno de visita a nuestro grupo, nos pasaron a una sala donde nos tuvimos que descalzar (¡qué raro!) antes de recorrer las dependencias de la casa. La visita está bien, te van contando cómo estaba distribuida la casa y alguna curiosidad sobre esta o sobre su inquilino, Jim Thompson. El mobiliario y la decoración siguen tal cual eran como cuando él vivía allí. Luego te dejan tiempo libre para recorrer los jardines.
También pudimos disfrutar de una danza típica que hacían unas chicas vestidas con trajes de seda de la casa. A la salida, si no quieres caminar hasta la calle donde está el Skytrain, el propio museo te lleva hasta allí gratuitamente en unos carritos de golf a modo tuktuk lo cual se agradeció porque el sol pegaba fuerte a esta hora y no había sombra donde protegerse.
COMPRAS EN MBK Center
De vuelta a la parada donde nos habíamos bajado del Skytrain, en lugar de volver a cogerlo, cruzamos al otro lado de las vías. Justo ahí está el MBK Center, un mega centro comercial donde, si sabes buscar bien, puedes encontrar verdaderas gangas.
Había leído opiniones enfrentadas sobre este centro comercial, unos decían que los chollos eran tremendos y otros que está orientado a turistas y que por lo tanto, los chollos no lo son tanto. Mi opinión sobre el MBK es que es un sitio donde hay de ambas cosas: chollos y artículos que lo parecen pero que no lo son ¡hay que saber mirar y no dejarse llevar! En cuanto a las copias y falsificaciones, las hay malísimas y también las hay totalmente idénticas a los productos reales.
Nuestro principal objetivo era comprar una maleta porque una de las nuestras, que ya estaba un poco vieja, se había roto por varios sitios cuando la recogimos en el aeropuerto y no nos iba a servir para el resto del viaje. Entramos pues al MBK pensando que encontraríamos rápidamente una, pero… ¡tiene muchísimas plantas y en cada planta hay cientos de puestos de todo tipo! Plantas dedicadas a electrónica, otras a ropa, otras a complementos, decoración…. Como truco te cuento que las plantas más interesantes son la planta 4 si buscas cosas de electrónica, y la planta 6 si buscas ropa, maletas o souvenirs.
Cuando entramos era la hora de comer y el hambre (y la sed...) apretaba. Si te ocurre igual conviene que sepas que hay sitios de comida por todo el centro, pero merece especialmente la pena darse una vuelta por el MBK Food Island, en la planta 6.
Es una zona donde comen los propios tailandeses; tipo mercado interior donde todos los puestos están alrededor de las mesas lo cual permite que elijas platos de diferentes sitios y te los tomes en las mesas centrales. Comimos ba-ra-ti-si-mo y súper rico; dan ganas de probar cosas de todos los puestos… Para comprar en cualquier puesto tienes que pagar con una tarjeta que previamente has recogido y recargado en la caja central, si después te sobra dinero te lo devuelven. Me tomé dimsum variado, ramen, rollitos, baos… ¡y por supuesto helado de te matcha!
Después de recorrer muchas tiendas, encontramos una donde mejor precio nos daban por la maleta que nos gustaba. Tras un poco de regateo la conseguimos más barata. El regateo en el MBK Center es algo que se puede hacer casi todos los puestos de este centro comercial, sobre todo a partir de la planta 4 (incluida) y que debes hacer porque el precio de partida que te dan suele estar 2 o 3 veces por encima del precio de venta. Para regatear te sacan una calculadora para que escribas el precio que pagarías por cada artículo y ahí empieza el regateo, depende de las dotes de cada uno (¡a nosotros creo que no se nos daba especialmente bien…!). Pagamos 1500 bath (unos 40€) por una maleta de las buenas que aquí no bajaría de los 200€.
En cuanto a precios orientativos de otras compras, puedes encontrar gorras de "marca" por 200 bath, polos y camisetas desde 100 bath, carteras por 250 bath, bolsos de imitación por 800 bath... y en la zona de electrónica además de aparatos tipo móviles, tablets y demás (que están baratos pero que te los llevarías sin garantía válida en España), hay cachivaches electrónicos tipo cargadores, tarjetas sd, palos selfies, accesorios para GoPro, baterías portátiles…
Además de la maleta y alguna camiseta y souvenir, nos compramos unas riñoneras muy planas con una cremallera interior para el dinero y un plástico tipo funda en la parte delantera para ver/usar el móvil sin tener que sacarlo; ¡nos fueron la mar de útiles durante todo el viaje!.
PASEO, DESCANSO Y CENA EN BLUE ELEPHANT
Después de las compras cogimos el skytain de vuelta al hotel (parada Surasak) para dejar las cosas. Tras esto salimos a patear un rato por Bangkok, ¡no queríamos que se terminara el día!
Aprovechamos para entrar en uno de los miles de 7eleven que hay por toda la ciudad y comprar provisiones para el viaje del día siguiente (snaks y bebida principalmente). Después, antes de salir a cenar, disfrutamos de un último baño con vistas a la ciudad desde la piscina del hotel.
Para cenar elegimos Blue Elephant, un restaurante-escuela de comida tradicional tailandesa ubicado en una casa al lado de nuestro hotel, que tenía muy buena pinta y del que habíamos leído buenas opiniones. ¡Fue una muy buena elección para nuestra última cena en Bangkok!
Así fue nuestro último día en la capital tailandesa. Al día siguiente nos esperaba una nueva aventura:
¡comenzar a cruzar el país hacia el norte y estábamos emocionados por ello!
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